No es hasta que pone los pies en el Valle de Guadalupe, en Baja California, cuando se concreta su proyecto de vino mexicano.
Bodegas Domecq inicia en 1963 la producción de vino de mesa con La Tercia de Reyes: tinto, blanco y rosado; a los que seguirán Calafia tinto y blanco y en 1978 el famoso CHATEAU DOMECQ.
La gran acogida de estos vinos hace indispensable en 1972 la construcción de la bodega, en un lugar llamado Valle de Calafia, dentro del Valle de Guadalupe.
Su sueño no es otro que el de producir vino de calidad 100 % mexicano.
Así, inicia una búsqueda incansable de las mejores tierras de México que le llevan a recorrer ciudades, pueblos y desiertos, conociendo por el camino a sus gentes y su forma de entender la vida, lo que sellará un vínculo inquebrantable con el país.
“No hay nada, por pequeño o grande que sea, si está en mi capacidad y en mis fuerzas, que yo no haría por México".
Antonio Ariza Cañadilla
El proyecto sufre un duro revés: México cierra sus fronteras a vinos y licores importados. Antonio se queda sin trabajo.
Lejos de rendirse, se las ingenia para convencer a Pedro Domecq de empezar a producir brandy en México aprovechando la excelente calidad de la uva del país. Así, en 1958, nace Presidente, el primer brandy mexicano y uno de los más consumidos del mundo.
Pero, no satisfecho con ese éxito, en la mente te Antonio sigue gestándose una idea que pugna por hacerse realidad...
Desembarca en suelo mexicano y, junto a Pedro Domecq González, recorren el país con la firme voluntad de establecer las bases de un negocio próspero.
Pero es México quien conquista el corazón de Antonio Ariza. Lo hace a través de una joven veracruzana de nombre Lourdes Alduncín, con quien contrae matrimonio tres años después.
Encomiendan tan ambiciosa tarea a un joven y tenaz trabajador llamado Antonio Ariza, desde ahora nuestro héroe en esta aventura.
Cuando zarpa desde su España natal rumbo a México, no sospecha que se dirige hacia una tierra que ya no querrá abandonar jamás.
"El hombre no sólo es de donde nace, sino de donde se hace. Todo se lo debo a este noble y hermoso país".
Antonio Ariza Cañadilla
Al igual que las grandes epopeyas, esta historia empieza en tierras muy lejanas, en el corazón de una de las bodegas más antiguas y emblemáticas de Jerez.
Estamos en la década de los 40 y Casa Pedro Domecq se enfrenta a uno de los proyectos clave en sus más de dos siglos de historia: llevar sus vinos y brandies más allá de las fronteras conocidas.
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